Multiplicar por esquejes
La dificultad se encuentra en proporcionar las condiciones correctas para estimular al esqueje a emitir raíces. Es de gran importancia que el tallo enraice rápido, ya que cuanto más tarde en enraizar más posibilidades hay de que este se pudra.
Mediante el esqueje tomamos una porción del tallo o raíz de una planta madre, para de esta manera obtener un clon de la propia planta. Para hacer esta multiplicación es importante que la planta este fuerte y sana ya que los esquejes débiles es difícil que enraícen.
Aunque se pueden hacer esquejes durante todo el año, la mejor época es la primavera ya que la planta se encuentra en su etapa de máximo crecimiento. Antes de nada, hay que dejar de abonar a la planta madre durante una semana. Esto se hace para que las ramas acumulen más carbohidratos que mejoran la aparición de raíz en los esquejes. A la hora de elegir el tallo más adecuado para el esqueje tomaremos aquellos de los brotes laterales, ya que suelen enraizar más rápidamente que los del tallo central. Se utilizaran siempre tallos sin flores y que cuenten al menos con un nudo, aunque serán mejor si cuentan con dos o tres. El corte se realizara con tijera o cuchillo para que sea lo más limpio posible y no se produzcan desgarros en el tallo. A continuación se eliminaran las hojas inferiores y lo introducimos en la hormona de enraizado (o estimulador de raíces). A continuación lo meteremos en el sustrato para esquejes.
Los esquejes necesitan un alto grado de humedad, para conseguirlo hay que protegerlos en un propagador o bien cubriéndolos con una bolsa de plástico transparente. Necesitan una temperatura estable, y nunca exponerlos al sol directo.
Siguiendo estos pasos y en pocas semanas tendremos lista una nueva planta para trasplantar en nuestro hogar.