La flor de Pacua
La Flor de Pascua, cuyo nombre indígena es Cuetaxochitl, tiene una larga e interesante historia, originaria de México. Los aztecas la cultivaban y la tenían como un símbolo de pureza, además de darle usos medicinales. Cuetlaxochitl significa flor de pétalos resistentes como el cuero o flor de pétalos de cuero, en relación a sus hojas rojizas. Para ellos simbolizaba la sangre de los sacrificios que se ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas. Entre los pueblos mesoamericanos tenía un gran significado tanto en la vida religiosa como en la cotidiana.
La Flor de Pascua por tanto, era cultivada por el pueblo azteca mucho antes de la introducción del Cristianismo en el Hemisferio Occidental. Aunque no se conoce el origen de la flor de Navidad concebida como tal, sí se tiene constancia de que ya en el siglo XVI, los frailes misioneros Franciscanos que se encontraban evangelizando a la población de Taxco de Alarcón (México), ya la utilizaban en sus decoraciones durante las navidades como adorno floral. Seguramente a causa de sus colores brillantes y su florecimiento en Navidad. Existe un relato escrito en esa época, en el que se describe su uso por parte de los frailes en lo que se conocía como la Fiesta del Santo Pesebre, durante la que se realizaba una procesión conmemorativa del nacimiento de Jesús. Posteriormente durante la época de las Colonias, los mexicanos comenzaron a usarlas para decorar sus nacimientos de Navidad, adornar las iglesias y formar guirnaldas decorativas.
Pero fue Joel Roberts Poinsett quien realmente existe se encargó de darla a conocer a nivel mundial. Fue el primer embajador de los Estados Unidos en México, entre los años 1825 y 1829. En uno de sus múltiples viajes por el país cuando se encontró con esta llamativa planta de hojas rojas que llamó su atención. Poinsett, era un eminente botánico y recogió unos esquejes que mandó a su invernadero en Greenville, Carolina del Sur, y a su vuelta a EEUU se dedicó a su cultivo y desarrollo. Más tarde se le ocurrió regalarla a sus amistades por Navidad, pues ciertamente es cuando se encuentra en su máximo esplendor. Poco a poco esta acción se fue convirtiendo en una tradición que cada vez fue cogiendo más fuerza.
A raíz de ahí, en Norteamérica se la empezó a conocer con el nombre de Poinsettia. Y ya el día 12 de diciembre de 1991, se proclamó en los Estados Unidos del Día de la Poinsettia, como homenaje y conmemoración de la fecha en que falleció Poinsett: 12 de diciembre de 1851. Hoy en día persiste la importancia de la Flor de Pascua durante la Navidad, no sólo en Estados Unidos. Durante las navidades, desde el siglo XIX, sirve de ornamento en los distintos templos europeos. Incluso durante las navidades de 1899 decoró la Basílica de San Pedro, despertando la admiración de los visitantes por la belleza del regalo de la Navidad de México al mundo.
La apariencia de la Flor de Pascua es ahora muy diferente de las que Poinsett encontró en las zonas tropicales de México. Los horticultores han sido capaces de desarrollar arbustos de poca altura para decorar espacios interiores de las casas durante las navidades, además de crear nuevas con otros colores como amarillo, rosa, blanco o crema, durazno y rojos más vivos, gracias a la hibridación. Estas nuevas versiones retienen su color durante muchas semanas, adornando así iglesias, hogares, oficinas y comercios durante las fiestas de Navidad.
La Flor de Pascua con su característico color rojo y su textura aterciopelada se convierte en la protagonista de los centros de mesa. Es el símbolo de la Navidad, una planta de calidad y bien cuidada llenará su hogar de alegría y color en estas navidades.