Ciclamen
Sus hojas de forma acorazonada, grandes, verdes por el haz y con dibujos grisáceos, y rojizas por el envés, crecen sobre largos peciolos que surgen desde el tallo tuberoso. Sus magníficas flores tienen pétalos aterciopelados que se pliegan sobre sí mismos, de distintos tonos de rojo, blanco, rosa, púrpura... más oscuros en la base. Se desarrolla en otoño-invierno hasta la primavera.
El Ciclamen es una planta que se le resiste a mucha gente. Es bastante frecuente que las hojas se pongan amarillas y los tallos se pudran al poco de comprarlos. ¿Por qué ocurre esto? Te diremos dos razones:
1- Se compra en plena floración, en otoño-invierno, procedente de un invernadero frío, es decir, sin calefacción. Lo llevas a un interior caldeado y las hojas amarillean y se caen.
2- Odia los riegos desde arriba. Para que no se pudra, debes regarlo colocándolo 10 minutos sobre un plato con agua hasta que la absorbe por capilaridad y luego retirar el agua.
El ciclamen es una planta versátil que se puede cultivar tanto en la tierra del jardín o como planta de interior. Plantado en el jardín, soporta el frío, hasta -5ºC y agradece la protección de los rayos solares, sobre todo en las horas de máximo calor. Debajo de los árboles va perfecto.
Por lo general el ciclamen necesita un ambiente fresco, tierra ácida y humífera y una posición luminosa pero sin sol directo. Colocarlos a la luz directa del sol hará que la planta se marchite antes. No tolera las corriente de aire ni los cambios bruscos de temperatura. Tampoco conviene colocarlos muy apretujados con otras plantas... les gusta respirar.
Le gusta la humedad, pero no el exceso de la misma (puede llegar a pudrirse). Cuando se vaya a regar, si está en interior, es mejor no verter el agua sobre la planta, sino en un platillo para que vaya absorbiéndola poco a poco por capilaridad. No se debe dejar que el sustrato se seque por completo.
Para favorecer que florezca continuamente durante su estación, debemos ir retirando las flores según se van marchitando. Si no las retiramos, se formarán las cápsulas de semillas. Dejándolas hasta el final de la estación, podremos retirarlas y guardarlas es lugar fresco y seco hasta finales del verano. En ése momento (y hasta principios del invierno) podremos plantar las semillas para obtener nuevos ejemplares de Cicĺamen. Germinarán en el invierno, pero no florecerán hasta el año siguiente.